Lee y comprende
Erase una vez una niña de ojos tristes, que
quería vivir entre nubes de algodón de azúcar. Nubes de color rosa, dulces,
aquellas que muerdes y te llenan la boca de alegría pegajosa.
Ella quería vivir en un mundo rosa, dulce, y
llenarse la boca de azúcar con cada bocado que daba a la vida. Pero el mundo
que ella conocía no era siempre ni dulce ni rosa. Ese mundo era de muchos
colores, a veces colores bonitos, a veces feos. Unos alegres, otros tristes,
algunos vivos y otros apagados.
Había oído que todos los niños y niñas viven en
mundos de colores felices, y que se llenaban la boca de alegría pegajosa. Ella
conocía esa sensación, a veces las nubes de su mundo eran rosas de algodón de
azúcar. Pero también en su mundo aparecían a veces otros tipos de nubes, estas
eran de color negro o gris, con formas extrañas, y no sabía de qué estaban
hechas, pero estaba segura de que no eran de algodón de azúcar. Lo sabía porque
su boca se llenaba con ellas de algo igual de pegajoso pero difícil de
identificar, algo amargo.
No le gustaban estas últimas nubes, es por ello
que ya siendo muy pequeña se le ocurrió una idea. Se le ocurrió hacer una
máquina de nubes, así solo tendría que mezclar el azúcar con el colorante rosa
y tendría todas las nubes rosas que quisiera.
La niña de ojos tristes, estuvo varios días
diseñando la máquina de hacer nubes y con mucho cuidadito, poco a poco
construyo esta máquina tan especial. Preparo los ingredientes con cuidado, y
mientras lo hacía aprendía de qué están hechas las nubes, cuáles son sus
formas, tanto de las nubes rosas como de las demás nubes. Tenía que aprenderlo
todo para no equivocarse y no crear por error nubes que no le gustarán.
Al poco tiempo tuvo preparada la máquina de hacer
nubes y también los ingredientes. Consiguió mucho azúcar y mucho colorante de
color rosa. En cuanto puso a funcionar la máquina pudo crear muchas, muchísimas
nubes de color rosa, dulces, aquellas que muerdes y te llenan la boca de
alegría pegajosa.
Desde
entonces y gracias a la máquina de hacer nubes, que la pequeña había
construido, su mundo estuvo lleno de nubes, pero en su mundo ya sólo aparecían
las nubes que ella fabricaba. Antes no tenía esa máquina y sin darse cuenta
creaba todo tipo de nubes.
1.
¿Dónde quería vivir la niña?
2.
¿Qué había oído?
3.
¿Qué tipo de nubes aparecían en su mundo?
4. ¿Qué idea se le ocurrió?
5. ¿Qué ingredientes necesitaba?
6.
¿Cómo eran las nubes que quería?
7.
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